He elegido el magnesio porque he visto un anuncio en tv sobre unas pastillas de una farmacéutica muy conocida, en las que aparte de este mineral, ha introducido otro compuesto como es el colágeno. Pero yo os voy a hablar del magnesio como tal y al final, vosotras valoraréis si os merece la pena o no comprarlos en pastillas.
El magnesio es un mineral importantísimo para nuestro organismo. Está presente en más de 300 reacciones químicas que se realizan en nuestro metabolismo celular: desde funciones nerviosas a composición ósea. Una ventaja de este mineral es que es dificilísimo tener una intoxicación por exceso de consumo, pues el cuerpo, máquina sabia donde las haya, se deshace del sobrante sin el menor problema.
Es una gran fuente de salud porque es un bioregulador estupendísimo. Lo mismo ayuda a controlar la hipertensión que te baja el índice glucémico (tan importante para los diabéticos), aumenta las sinapsis neuronales con lo que la oxigenación cerebral es mayor, y se mejora en respuestas motoras y de coordinación. Vamos un mineral que vale más que su peso en oro.
De forma natural podemos encontrarlo muy fácilmente en un montón de alimentos sanos y buenos como las legumbres, los frutos secos, en frutas como el plátano, los limones, los pomelos, las ciruelas, los orejones; también en los cereales enteros (los que llamamos integrales porque vienen con sus cáscaras) y las verduras y hortalizas con hojas de color verde oscuro (como las espinacas, etc).
Si váis a la verdulería, la frutería o al mercado, os garantizo que alejáis al médico.
En cuanto a mi opinión sobre los suplementos como este, me parece que si no tenemos ninguna deficiencia de absorción de manera natural de los propios alimentos, ¿para qué un embotellado si por mucho menos lo tengo en el frutero de casa?
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